Doy gracias a Dios porque cuando era un enemigo del evangelio, Dios en su misericordia, me llamo a su ministerio en el cual sirvo con todo mi corazón. Mi llamado al servicio del señor surge en mi país de origen “El Salvador” en el año 1994, en donde inicie liderando células familiares de la Iglesia Elim Central de dicho país.

En el año 1996 Dios me lleva a la ciudad de Houston, TX en donde también comencé a trabajar en reuniones familiares junto con otros hermanos.  Este trabajo dio como resultado el inicio de la Iglesia de Restauración en esa ciudad.  A finales del año 1998 la Iglesia de Restauración en los Angeles California nos envía al pastor David López para que estuviese al frente de la congregación.

Dios me permitió colaborar con el pastor López como líder, supervisor de sector, y supervisor de zona.  Así mismo dentro de la congregación colabore como maestro de  escuela dominical, diácono y coordinador de diáconos.

Después de trabajar fielmente por varios años en la obra del señor Dios me confirmo su llamado al ministerio.  En el año 2001 inicie trabajando a tiempo completo como obrero oficial de la iglesia.  Trabaje por dos años al lado del pastor David López.

Así fue como, en el año 2003 fui enviado junto a mi esposa a la ciudad de Austin, TX como misionero para emprender la obra de Dios  en una célula familiar.

Desde ese momento hasta hoy 20 años han pasado.  Dios ha sido fiel a su llamado y nos ha bendecido y prosperado con mas de cien reuniones familiares, además dándonos el año pasado un templo propio para poder alabarle y adorarle con toda libertad.  Gracias a Dios por su misericordia! Es mi meta cumplir el propósito de Dios  hasta el final, hasta el último día que este sobre esta tierra.  AMEN

No que lo haya alcanzado todo ya, ni que sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.  Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que esta adelante. Filipenses 3:12-14